sábado, 26 de agosto de 2023

Quién iba a decir que de esa oscuridad caliente iban a salir tales reflejos: el borde externo del aullido animal atormentado por el celo, o la palabra mística no pronunciada aún pero ya implícita en la mecánica del éxtasis, incluso las aristas de la lógica esbozada por el más lacónico de los pensadores; todo ahí, como compango en la mochila dominguera

 





Como escribir al aire,

a los reyes magos en agosto, al reflejo en la ventana, 

se ve todo al revés como en espejo,

mano izquierda viva, acelerado el corazón, color bermejo

y caligrafía de receta médica,

lo dedico a ellas, las pequeñas pepitas de oro

sólo por escuchar la recompensa del ronroneo del metal

revestido de pátina verdosa,

es ácida su voz, como recién nacida, una octava alta para mí

que arrastro la ronquera y la afonía

como peldaños ciegos, (tarea suficiente para ser feliz

al lado de tantas decepciones).

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