Hierro dulce
este de los días de labor, ves levantarse con el alba
el telón de los sueños y aparecen
las cadenas retóricas de un adormilado Segismundo
arrepentido de nacer y redimirse
cada mañana de lo mismo,
no hay animales preocupados por la salud de Job
ni moralejas escalando como yedra la pared de la prisión,
la mansedumbre es pasto y se ventea
la presencia de un lobo embrutecido por exceso
de cortesía y civilización, por eso
se acepta el sol como moneda de efímero valor
que ha de avalar el patrimonio de una pereza bendecida.
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