martes, 26 de marzo de 2024

Cuánto falta aún para el milagro, para la repetición de la leyenda que cada año se disfraza de catecúmena, se adorna con las flores iniciales y nos deja soñar con la cosecha para alejarse luego de la mano del cierzo, entre fríos y nieblas que aún en mayo dejan sin respiración hasta a los árboles

 



Se va acercando, bulle,

primicia y duelo, el zarcillo de un tallo, una

sonrosada intimidad, helecho de meseta

lejos de oscuros mecanismos de biología arcana,

es una sangre vegetal, contiene

azúcares y brillos de alto valor decorativo, 

las cabras ramonean incansables, 

igual que actores secundarios que se asoman

a las bambalinas de la historia, madre

de día, sucursal de sueños largamente acunados,

si fuera espiga y prometiera aparecer con abundancia

y no con esta costra de empobrecido oráculo

que sigue resistiéndose a ser interpretado.



Zona B:

Empieza ya a cansarse el todopoderoso protector y acaso deje solo al genocida para que nadie asocie su desidia con la ejecución del exterminio. A la historia le gusta repetirse para denunciar la necedad.


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