Se va acercando, bulle,
primicia y duelo, el zarcillo de un tallo, una
sonrosada intimidad, helecho de meseta
lejos de oscuros mecanismos de biología arcana,
es una sangre vegetal, contiene
azúcares y brillos de alto valor decorativo,
las cabras ramonean incansables,
igual que actores secundarios que se asoman
a las bambalinas de la historia, madre
de día, sucursal de sueños largamente acunados,
si fuera espiga y prometiera aparecer con abundancia
y no con esta costra de empobrecido oráculo
que sigue resistiéndose a ser interpretado.
Zona B:
Empieza ya a cansarse el todopoderoso protector y acaso deje solo al genocida para que nadie asocie su desidia con la ejecución del exterminio. A la historia le gusta repetirse para denunciar la necedad.
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