Se bienvenido a este lugar,
llama a la puerta y te saludarán los perros
sin amenaza, sin ladridos, su lenguaje es de musgo,
tan sólo un gozne antiguo es capaz de saludar así,
si nadie sale a abrir empuja suavemente,
no encontrarás ningún cerrojo
ni habrás de recurrir a contraseñas de seguridad,
habrá fuego en la cocina, un delantal sobre el respaldo de una silla,
el aroma reciente del café y un libro
abierto en el regazo de un sillón, como una herida
que no ha cicatrizado,
este es el lugar que abandonó la guerra
obligándolo a errar fuera del tiempo,
ahí sigue todavía, ingrávido, sin voz, sin auditorio
pero con muchas cosas que contar,
posiblemente esté esperando al desertor de otras lecturas,
algún viajero convencido de que en otra parte
podrá encontrar algo mejor.
Zona B:
Si cuando todo esto acabe aún queda vivo algún niño palestino ¿con qué ojos mirará la nada a que han dejado reducido su pequeño mundo? ¿seguirá temblando ante esos cactus vestidos de soldado con mirada de fuego? ¿querrá vivir rodeado de figuras o preferirá la soledad?
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