Ese grifo
que ya disfruta su vejez, gotea
y habla solo, monosílabos blancos,
hagiografía y soledad subiendo
por la pared vidriada de una cocina ciega,
no llegará muy lejos el río escaso de la desmemoria,
ya ni acierta a pronunciar su nombre,
y confunde el tamborileo de la lluvia
con las arritmias de una enfermedad
que hasta el fontanero desconoce.
Zona B:
¿Fue culpa de Hitler solamente o tuvo algo que ver la indiferencia de los alemanes? ¿Puede llamarse democracia a un sistema que permite a un genocida continuar en el poder? Israelíes, aplicaos el cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario