martes, 19 de marzo de 2024

Se rodaba una escena lenta, los actores debían pronunciar palabras silenciosas que luego habrían de doblarse a algún idioma poco usual; Safo merodeaba distraída pulsando los alambres de una lira de plástico del atrezo, de repente el altavoz: que nadie se lo crea, sigan estrictamente las inflexiones del guión, sólo la mímica





"¿Qué hace menos creados

cada vez a los seres"?

se va debilitando poco a poco la señal, se pierde

el tacto luminoso de los dedos de Adán y el creador,

o acaso es la palabra ser la que discrepa

o la propia palabra sometida

a igual procedimiento de emisión

que el exabrupto o la blasfemia,

o esa ristra procesional y torpe

de las sombras platónicas que buscan

un acomodo en la pared, un cuerpo táctil

en el que apoyarse cuando se miran al espejo?

siempre hay que volver atrás, al ciempiés del enigma, 

cada paso propone una nueva pregunta

con los odiosos puntos suspensivos.



Zona B:

¡Basta ya, joder, cómo hay que decirlo, genocidas!


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