Cazaba mariposas con una espumadera,
les daba de beber los agujeros
perfumados con una simulación de miel,
ellas desplegaban su lengua de reloj
y se quedaban atrapadas en el tiempo,
disecadas, hermosas, infelices
lo mismo que las gotas de lluvia en un cristal,
él las colocaba en su lugar entre brillantes
objetos de metal y la cocina
se convertía en el meandro de un río silencioso
con islitas de barro donde tomar el sol.
Zona B:
Ciudadanos de Israel, si alguna vez os aburrís del cabeceo contra el muro de las lamentaciones, podéis pedirle a vuestro ministro de la guerra que os deje ir a practicar el tiro al blanco contra los molestos palestinos que tanto incomodan al ejército con su acuciante búsqueda de alimentos.
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