Cualquier historia es comparable
al aire retenido en las entrañas helicoidales de una caracola,
si acercas al oído su cavidad de nácar
podrás oír el mar, imaginar la música del agua,
su roce con la arena arrastrando naufragios,
podrás hacer comparaciones desde el tono menor
de quien espera el regreso de un barco
hasta el mayor de las sirenas
que anuncia la partida de esos grandes cargueros
bautizados con siglas o con números,
podrás rivalizar con los periplos de los héroes de Homero
o escuchar el llanto de Medea abandonada por Jasón,
y al atardecer, ya solo y urgido por el sueño
acaso puedas conseguir que se fusionen realidad y deseo
imaginado que alguien te llama por teléfono.
Zona B:
Pronto llegará el calor a esa región de oriente; de los escombros de Gaza irá saliendo el hedor de la muerte acumulada y hará difícil la respiración a los vecinos de Israel.
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