Pudiera haber nacido como flor unida a tallo,
como piedra desalojada de cantera, como chorro de agua
asomándose al musgo de la fuente,
se oyó decir escuetamente: nacerá, y el aire
lo trasmitió como profecía.
una primavera gris desalentada por la niebla
buscaba un nombre para ella, para él,
será un grumo de lanilla color canela
aupado sobre el altar de unas patas altas,
ha de seguir el aroma de su madre con ojos asombrados,
no confundir otros olores con el de la quietud,
no ser por un momento, abandonarse al abandono,
sobrevolar el mimetismo de una fotografía
y despistar al rondador que llega con el viento de cola,
muy preocupado por interpretar huellas dormidas.
Zona B:
Ahora viene alguien a decir con voz artificial: recordad, son los niños de Winton, pasan hambre y frío, debemos evitarles el infierno. Pues bien, sus herederos han cambiado su papel por el de verdugos con los niños de Gaza.
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