miércoles, 20 de marzo de 2024

Él hace un elogio de las manos, ha presenciado cómo se unen la mano del herrador y la pezuña del caballo, la untuosidad del barro en el alfar, el alma perfumada de la madera en busca de un encuentro utilitario en el que nunca falta ese punto de gracia natural que dota a las cosas cotidianas de un halo prodigioso

                                                 


                                         A Jesús Carrasco


No sé hacerlo 

y sin embargo lo hago,

esa viruta redundante,

el desperdicio del material con que trabajo

van formando pirámide, me alfombran el cansancio

y hacen más aromático el café,

leo en las entrañas del objeto sometido 

a cirugía reformista, intento administrar la medicina

sobre el tejido enfermo igual que hacen los médicos

con el revés sobrevenido, algún dolor de la pared con humedades,

una baldosa desprendida o la gota de lluvia

que busca alojamiento en la decrepitud de mi tejado,

mis manos pactan en complicidad con la herramienta

una prórroga amable de la vida

de todo aquello que envejece.

En lo más pequeño de la timidez, ahí está el descaso.



Zona B:

En Gaza apenas queda infancia, dentro de poco no habrá vejez y si miras más lejos no habrá rastro de vida. Israel se ha construido sobre un montón de escombros y de huesos.

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