jueves, 27 de febrero de 2025

Se sienta arriba, en el fino espinazo de la peña, a cada lado una vertiente, el río blanco al norte, el verde al sur, las nubes y la niebla compartidas, esta tan baja a veces que imita la crecida de un mar de algodón; y de este emerge la mole azul del Espigüete como si fuera el faro inverso que avisa a navegantes de interior

 





Él mira la luz que ahora se cuela

entre las lamas y dibuja sobre el terrazo gris 

una escalera de barrotes, parece

una sutil invitación, que suba, que se cuelgue 

del armazón de la pared donde solía colocar la bici, 

ahora la bici ya no está, queda su hueco, 

piensa que algo habrá que hacer para mantenerse en forma,

colgarse de los ganchos y levantar a pulso su cansancio,

sospecha que su piel está cansada, como dada de sí,

le sobra sobre todo en la caída de los bíceps,

una oscura nostalgia de la piel o las arrugas consentidas

por su costumbre perezosa de no subir, ahora padece

la sensación de estar siempre bajando, sin pedalear,

sin esforzarse, hasta ha pensado en regalar la bici,

total para qué sirve, si ahora tiende

a estar siempre parado, pensativo y con ganas de sentarse.



Zona B:

"Con Whitman, llega el abrazo inclusivo de la poesía estadounidense-- su afirmación optimista de la democracia entre todas las personas, las cosas y los seres, su lealtad a los desvalidos y su amor tanto por las ciudades como por los paisajes rurales, su compromiso con la apertura de fronteras y el vigor híbrido".  (Jane Hirshfield).  Parece escrito como réplica a las políticas del nuevo emperador. La ironías del destino.


miércoles, 26 de febrero de 2025

Ante cualquier beligerancia suelo ocultarme tras las cortinas del balcón; desde ahí miro al adversario como si fuera parte del bordado con el que intento protegerme; los dos somos producto de aguja de ganchillo, dos ridículas moñas que intentan parecer guerreros embutidos en armaduras de hojalata

 




Mi madre dijo: yo me voy,

cuando te canses llámame y vendré a buscarte,

-algo nebuloso se adivinaba tras la puerta-,

no te olvides de regar las plantas

y cuando te vayas a dormir abre bien la ventana,

oirás al ruiseñor y aprenderás a traducir estas palabras

que ahora no parecen tener mucho sentido, 

cada mañana vendré a desayunar, leche de cabra

y arándanos azules, la forma circular de repetir la luna,

pon atención a este lenguaje, a sus matices vegetales,

todo se siembra, todo se adormece y crece en interior,

luego florece y se concluye con el solsticio de las eras, 

el grano ya aventado y recogida la herramienta,

tú y yo cogidos de la mano, comenzando

el proyectado perihelio.



Zona B:

Un duro Jeremías lo anunció. De profecía derivó en leyenda. Ahora se hace realidad: edad de sombras, guerras y hambre y una nube de dolor, el plomo de los poderosos que ha de convertirse en barro como los pies de los gigantes.


martes, 25 de febrero de 2025

Lo dijo él, aunque no lo dejara escrito: la poesía debe regir en todas partes igual que una moneda, lo mismo que un patrón metálico; debe sentirse su peso en el bolsillo sin llegar a romper la tela porque entonces se perdería poco a poco hasta quedar en un versículo menor, como un gusano, como un grano de alpiste

 




Volver ahora a ese dolor

como la soga que sigue castigando

la rozadura de la piel,

no hay nada entre este olor y la memoria

de lo que ha quedado atrás, es hora

de ventilar colchones, poner al sol las sábanas

decoradas con óvalos de orín y someterse

al destierro inferior de los que se mean en la cama,

sin armas para luchar contra el fantasma de la urgencia

que nunca alcanza el alto picaporte para llegar a tiempo,

luego la campana sonará llamando a fila,

se pasará revista y no habrá forma de disimular tu olor mojado

frente al pastoso almizcle de los hoplitas de interior.



Zona B:

Este blog, que alza su voz exigiendo justicia para los oprimidos (sean palestinos o judíos de buena voluntad) recibe más ¿visitas? procedentes de Israel que del resto del mundo, incluida España. Lo cual demuestra no un interés por la poesía sino que la libertad de los discrepantes con su política genocida también está en peligro.



lunes, 24 de febrero de 2025

CDCf, esa era la firma del cantero de Corniero, que tardó seis meses en labrar las nervaduras de arenisca para la nave central de la abadía, perjudicada por el rayo; su anonimato respondía al paladar calloso de una tradición que fue asentando la costumbre de mirar la obra y no al autor; quien quisiera saber de la autoría sólo tenía que palpar sobre la firma y un sacristán medio invisible la traducía a un latín testimonial que imitaba el rigor de un exorcismo

 




Veo un pastor que llega,

sale de la niebla rozando el precipicio,

detrás viene un mastín y las ovejas

como esponjosos dientes de león,

duran apenas un instante

y desaparecen otra vez en un mar de algodón,

es el momento de las ninfas 

que esparcen las monedas de la luz y el día se abre poco a poco 

lo mismo que el telón de un escenario,

se empieza a oír el caramillo del dios Pan

y un círculo de faunos corea los finales entre risas y palmas, 

casi nadie toca así por estos montes, 

una armonía comparable al dolondón de los cencerros

y al fundido latón que une la gaita, la dulzaina

y el viento que menea los narcisos.



Zona B:

No se cansa la historia de repetir leyendas antiguas de indisimulada esclavitud: Sara obliga a Abrahán a expulsar a Agar hacia el desierto. Aunque no siempre se tiene en cuenta la promesa de que su descendencia crecerá igual que las arenas que ahora cruza.

domingo, 23 de febrero de 2025

También el río llegó a albergar alguna barca; tras la labor del arenero sacando material para las obras del gigantesco mausoleo quedó un remanso curvo, navegable, con un amarre bajo el puente; qué gloria era arribar allí, bajo la bóveda brillante, imaginando puertos y velámenes en medio del paisaje ceniciento

 




Un árbol,

un trazo a carboncillo en un papel en blanco,

el invierno se ha cebado con él dejándole sin hojas,

luego los hielos y la niebla

lo han hecho sentirse forastero,

un día vino el leñador y vio mi marca roja

y me taló, me convirtió en madera para el fuego,

y terminó aventando mis cenizas,

pero mi sitio sigue ahí, 

nadie lo va a ocupar porque esa tierra

sigue albergando mis raíces.



Zona B:

Va a costarle mucho esfuerzo al sionismo militante lavar la marca ignominiosa que la sangre de miles de inocentes ha dejado en su imagen. Otra cosa es que quieran intentarlo.

sábado, 22 de febrero de 2025

No lejos de allí la cueva descubierta no hacía mucho con figuras rojas de bisontes, ciervos y caballos, con el relieve apoyado en el tizón o aupado en un abultamiento de la roca, una yegua preñada o una cierva con crías ramoneando en la pared vacía, y el miedo estilizado con cintura de arquero y ademán de cazador, armando el griterío que deberían levantar los perros todavía sin domesticar

 




Algo me trae de vuelta al suelo arenoso de la marisma, 

acaso sea el sabor a piedra de un marisco

del que ni sé su nombre, o puede que la memoria lo confunda

con un guisote aderezado con mucho pimentón,

caracoles de huerta y berberechos cocinados por un un fraile menor

en la costa cantábrica, hacia el cincuenta y tantos,

decía él: en toda tierra tiene que haber sal, un poco de arena 

y un filón de estiércol sobre el que pueda calentarse

el alma helada de los caracoles, 

ellos se lo pagarán sacando al aire la calígine que vive en el subsuelo

como un castigo por el llanto de Perséfone,

también lo afirma el tacto de los dedos

holgadamente campesinos antes de aprender a manejarse 

con las cucharas de madera,

las que remueven el fervor sobre las cacerolas

como si fueran manos rezadoras

dando gracias a dios por el copioso refectorio.



Zona B:

La hipocresía de Israel se escandaliza de que un cadáver, que posiblemente sea consecuencia de los bombardeos, no sea el de la persona que se cita.  Un error comprensible y reparable. Muchos miles de cadáveres después los palestinos siguen preguntándose por la identidad de cada uno de sus paisanos masacrados.

viernes, 21 de febrero de 2025

Cualquier memoria puede ser alzada nuevamente, cualquier ceniza merece un pudridero donde volver al ser antiguo, cualquier nido merece el fruto del polluelo, y cualquier estado de inocencia merece un porvenir para adquirir el callo que le permita ir a la lucha en paridad con los enemigos más curtidos

 




Fui a visitarle al hospital,

su alma estaba enferma, el color de miel

aún le duraba a pesar de los meses

que llevaba sin tomar el sol,

los ojos líquidos como surcados por arroyos invisibles,

leía a ratos un libro de aforismos, buscando acaso

superar el muro de la continuidad que mantenía su salud

entre barrotes, él ya no hablaba, pero el dolor a veces

le hacía vomitar palabras que no existían o que yo

no había llegado a conocer, el arrebato lírico

que aún ardía en su interior y que asomaba

como las fumarolas de un volcán adormecido.



Zona B:

Si raspamos del hollín religioso a la leyenda bíblica nos queda la enseñanza de una historia oral con capítulos aplicables a este momento, con un cambio de papel en los actores (ver esos pasajes a los que se refiere el salmo "Super flumina Babylonis", donde otros son los desterrados).

jueves, 20 de febrero de 2025

Sube por el exterior, como salamanquesa de perfil sinuoso, una melodía de aprendiz, el piano adolescente del Cuaderno de Anna Magdalena Bach, cargado de la pereza del invierno; cuando termina el ejercicio queda todo en blanco, como una pared de la que se han descolgado todos los cuadros y tiene que afrontar la vergüenza de la desnudez con agujeros

 



Lo más de ti, eso que brilla

con regusto de perla colgando de tu oreja,

breve como un puñal de luz gaseosa o vegetal, 

miro e incluso sin mirar llega hasta mi como un aroma,

me alerta de que algo doloroso o que podría 

servir para causar dolor se acerca, o sin acercarse 

sigue estando a una distancia irrespetuosa, 

o incluso sin faltarnos al respeto, sin asomarse 

por encima del muro del silencio, se opone

con cara de ignorancia o afectada discreción, 

o puestos ya, lanzarnos esa mirada retadora, ponerlo todo

sobre una cancha juvenil sabiendo que la nuestra no es edad

para un esfuerzo prolongado, a cinco sets quizás,

con el partido abierto a la crueldad y la injusticia

poniéndose a favor de cualquier lado,

luego el saludo de rigor y, tras la ducha,

la perla volverá a brillar entre vapores

y quedará como noticia, en arrogantes titulares:

otra victoria inapelable de la mediocridad.



Zona B:

En Gaza llamas al lugar donde antes hubo puerta y ni siquiera se oyen llantos, sólo el silencio de lo que la barbarie ha destruido.



miércoles, 19 de febrero de 2025

Ahora aprende a recibir la voz de los objetos; se para frente a algo, la mirada fija en ello, da la vuelta en derredor y anota los detalles de su anatomía, después se sienta y con los ojos bajos se imagina el tono de su voz, se concentra y la escucha y guarda en su corazón las enseñanzas, como si fuera una parábola

 




Mírate ahí, -cualquier espejo-,

en ese protocolo de enhebrar la aguja,

todo es blancura ante los ojos 

con las lentes cabalgando a medias la nariz,

los dedos temblorosos como tratando de encender un fósforo

contra un rascador algo gastado,

Pepe Hierro lo observó hace tiempo

omitiendo el detalle de la gota a punto de caer,

-ojú, qué frío-,

con el canasto lleno de bobinas de hilo,

dedal y alfiletero decorado a mano,

huele bien el aire cuando dices eso, me recuerda

tus guisos de lentejas, la leña de haya

y el atizador colgando de la trébede,

cóseme el botón que anuncian otra ola de frío

y puede que la nieve alcance la cota de seiscientos

con los lobos llegando hasta la puerta.



Zona B:

Tras la obscena exhibición de los colonos judíos aterrorizando al despavorido palestino sólo cabe esperar de algún organismo internacional no dependiente un programa de reeducación para chacales y si es preciso una cadena que los mantenga fuera de territorio ajeno.

martes, 18 de febrero de 2025

Ya no duerme igual, ni completa el vacío de las horas con los libros; un ciclo recurrente le hace abrir los ojos a altas horas y desde la altura de la noche ve o cree ver o se imagina situaciones difíciles, entuertos como los que agobiaban al alma justiciera de un anciano don Quijote cuando fue obligado a regresar a la razón sin que esta se aprestara a recibirle

 




La memoria no existe, por ahí queda 

la física impalpable de la razón, 

un espaciado acontecer en fotogramas

que vas pasando lentamente una y otra vez

sin obtener más que promesas religiosas

o arriesgados prolegómenos de mecánica cuántica, 

o incluso un más allá que nunca estuvo en este lado,

nunca nada de lo que antes sucediera, tu piel de niño,

la alternativa de una infancia con escozor o herida

soportada para poder pisar la nieve, nunca nada más,

hay que pensar en conservar el humo

de lo que ya está ardiendo, el pasado, si vuelve,

suele hablar a borbotones, todas las voces a la vez

y su relato carece de sentido,

salvo que te apoyes en la fe u obtengas

una información privilegiada, ya expurgada y traducida

al lenguaje demótico de hoy, 

lo único que sigue estando en pie son los objetos,

la fidelidad de la materia que hoy nos ofrece

idéntico paisaje al que ofreciera ayer.



Zona B:

Hace sólo unos días nos daba miedo el estruendo de las explosiones o imaginar los gritos de dolor de los caídos bajo los escombros. Hoy nos sigue dando miedo hasta el silencio. Qué estará preparando el gobierno genocida de Israel en esta tregua ¿acaso reponer el material bélico para completar la destrucción? Por supuesto nada favorable a Palestina.

lunes, 17 de febrero de 2025

Una montaña impresionista se asoma con desgana al lago dibujado en la hondonada; su desaliño es evidente mirada con detalle, pero de lejos es puro estallido de una radiante creación, como si aún estuviera sucediendo y aspirara a mantener su prioridad mientras el tiempo no se canse

 ´




Lo publicó en portada

algún periódico local, en cuerpo de cinco y arropado

por grecas negras en señal de luto, 

la tromba de agua de Tifón, el relegado 

a un segundo lugar en los aluches, un resbaloso suelo de pizarra,

huellas aquí y allá, pisadas de vaca y de caballo

y algunas armas indolentes apoyadas contra la pared,

no escampará nunca, esto parece 

el furor desatado del averno, decía el pie de foto,

en la jamba de mármol traída de no se sabe dónde

una diosa con casco y con coraza, protegida 

con una hégira de piel de cabra, apoyaba en la lanza su dolor, 

como agobiada por un tardío arrepentimiento,

y enfrente, entre los palicios de la cerca

el cuerpo desplomado del atrevido luchador Fabián, 

llamado el elegante por su calzón tan ajustado,

la sangre ya borrada y la corona de tallos de mandrágora

flotando en el Leteo, como un óvolo verde 

para que Caronte le lleve al otro lado.



Zona B:

Lunes de dolor, lunes exasperantes si comparas los de Tel Aviv con los de Gaza, la vida blanquiazul de allí con la de aquí, teñida de moho verdinegro. Cuando la primavera llegue acaso trate de encontrar equivalencia con los colores naturales de la tierra, dando la espalda a todo invento artificial.




domingo, 16 de febrero de 2025

Almas hay por ahí que arrastran el peso insoportable de una ideología de catálogo; los gases que desprende la materia al fermentar y el mal olor de lo que ha muerto sin haber manifestado enfermedad; de nada sirve ese paraguas de la vigilancia si se deja al dolor entrar en nuestras granjas para que acabe de una vez con esas vidas pequeñas que ya no aportan beneficio

 




Sólo una enfermedad amurallada

podía reducir su lucidez a aquel estado de médano y remanso, 

no distingue ya la soledad del acolchado aburrimiento, 

la vigilia del ocio, -tú qué miras-, aunque a veces

un desgarro en la niebla mental le sugería 

que usara el abanico para oxigenar el aire

y poder contar sin los ahogos de la confusión

hasta agotar la fila, de paso el disimulo,

no es lo mismo mirar fijo a los ojos

que a las mejillas o al mentón, el alma

acostumbra a asomarse a las ventanas que se protegen con visillos,

aunque también se asoma

a los labios que brillan con la saliva coloquial -tú qué farfullas-,

las manos temblorosas

tamborileando la pegadiza melodía de la edad

sobre los brazos del sillón, 

lo mismo que el granizo sobre la lona del verano.



Zona B:

Llegó desde el desierto, del lado occidental donde la arena aún respeta el aire y nos deja ver lo que está ocurriendo. Él era periodista pero el ejército lo vio como profeta y lo asesinó, como siempre ocurrió desde los tiempos bíblicos con los que se atrevieron a mostrar la realidad sin adjetivos.

sábado, 15 de febrero de 2025

Vamos al monte a remontar memoria, armados de navaja para despellejar la rama recental del arce y lamer su sirope primitivo, buscaremos en los prados las acederas con sabor a electricidad de pila y acabaremos asaltando los sembrados de guisantes para saber que algo animal queda en nosotros

 




Esto es lo que hay, lo que ha quedado como muestra

para que volvamos a creer en la buena suerte,

la flor de una segunda oportunidad, llena de espinas

aunque pintada de un color casi festivo,

las palabras de sobra, aquí escuecen como la sal sobre la herida,

llora la pared, agujereada por disparos, 

rota por el temblor de las explosiones, 

el patio sin naranjos y sin pájaros, el humo arriba

como una maldición,

qué puede salvar del óxido a esta edad de hierro

tan rica en oraciones y tan despojada de piedad,

siempre en camino hacia un cardinal desconocido,

agarrada al hierbajo de algún versículo legal

que le devuelva la confianza, qué rimas

de almuédano o de sacristán podrán reconstruir el cielo

con su argamasa trasparente, decid, rebaños del desierto,

¿servirá la arena para amasar el pan

que sustituya a la cosecha calcinada?



Zona B:

Cuántos muertos ya desde el inicio de la ¿tregua?, (ejemplo: un carro de tracción animal ha sido tiroteado por el ejército israelí, varios niños entre las víctimas). El genocida sigue hurgando en el avispero de Hamás en busca de ¿motivos? para terminar la programada destrucción.

viernes, 14 de febrero de 2025

do XII ce; en el lomo del libro se hace ver ese relieve, es de cuero repujado, fue lo que hizo tropezar a Dante cuando miró atrás buscando el brazo de Virgilio; lo que hace pensar que Beatriz no estaba allí o a Dante no le interesaba tanto su presencia como alcanzar cuanto antes las puertas del infierno

 



                  un tríptico de Bacon 


George Dyer,

el rostro se deshace en escamas,

una forma de arder sin que haya fuego,

lleva dentro el dolor, padece

la inevitable cercanía de la desaparición,

aunque a los lados hay otros estudios

de carnes escamosas que también arden sin arder, 

ninguno alcanzará la eternidad pero es posible

que lleguen a los límites del tiempo

que son también los de la angustia.



Zona B:

Por lo que se ve todo es cuestión de dinero: se exige a Ucrania que pague las ayudas recibidas para luchar contra el invasor, aunque haya de admitir que no va a recuperar el territorio arrebatado. En Gaza se busca el beneficio de la reconstrucción, pero no para alojar a sus dueños legítimos, sino para disfrute de un turismo de buitres en bandada.

jueves, 13 de febrero de 2025

En ese asfalto mordido por la sal y por el hielo se desparramó la sangre de una cabra atropellada por un coche; quedó una sombra entre rojiza y malva que de algún modo recordaba el cuerpo de un lagarto al que las ruedas de los coches hubieran aplastado hasta dejarlo reducido a una sola dimensión

 




Huir, huir de aquellos sones,

escapar y taparse los oídos

para dejar atrás sus melodías,

sus improperios ya abducidos

por la gregaria tradición

sometida al tiempo y sus embustes,

la espinosa austeridad de Clapton,

el desgarrón agónico de Cocker,

la lluvia corrosiva de Bob Dylan

o los Beatles o Stons apechugando

con la piedra de Sísifo hasta hacerla

rodar por la pendiente de Pink Floyd,

al este el gregoriano comercial

y los collares de abalorios

ahogando las gargantas al oeste, 

mientras se oye llorar el tantum ergo 

que acompaña al cestillo con los céntimos

para la colecta parroquial.



Zona B:

Se hace muchas preguntas Bernhard Schlink en su novela La nieta, una de ellas es si los judíos habían hecho cosas malas cubiertos con el kipá o los neonazis equipados con la camiseta de Thor Steinar. No hay atuendo que solape la maldad porque el desnudo la deja al descubierto cuando nos sentimos individuos, no miembros de un rebaño sin conciencia.

miércoles, 12 de febrero de 2025

Hasta aquí llega, febrero arriba, el aire fermentado de las praderas que el incendio arrasó y dejó igualadas en color y desnudez con los brezales y con el quejigal; no se ven mureras de topillos ni se escucha a los pájaros, ni suenan los cencerros de las vacas porque aquí no ha quedado nada de comer, todo de luto

 




Se apoya ahí, 

contra la jamba de madera esculpida 

que alguien rescató de un contenedor,

la puerta está entreabierta y sus ojos

se entrecierran con rictus de avezado jugador,

tratan de ocultar el signo de su suerte

tras el abanico de las cartas, el trébol tembloroso

de la inocencia sometida a estricto entrenamiento,

no mirar, sino captar el aire y destilarlo

de humo y alcohol, guardar el filo del puñal, la pica,

en la ajustada manga y camuflar el rojo del diamante

con una excusa, oh, me sangra la nariz,

y hacer volar las alas de un pañuelo

como saludando al ángel que acaba de llegar

con whisky nuevo y un aroma a la madera inverosímil

de jamba antigua sobre la que alguien esculpió a navaja

un signo oscuro que nadie ha conseguido descifrar.



Zona B:

Ahora el imperio cerrará el grifo a Egipto y a Jordania si no aceptan el cupo de palestinos desterrados que se les asigne. Truman no se anduvo con tanto remilgo: le encomendó el trabajo a Little Boy.

martes, 11 de febrero de 2025

Ha querido sentir la sensación antigua del miedo religioso a la oscuridad; lleva una piedra cóncava en las manos sobre la que arde un pábilo impregnado de grasa; huele igual que el vaho del desolladero, cuando el animal trasfiere su alma al clan hambriento; deja que el aire apague la llamita y se queda quieto en el claustro de la cueva para escuchar los ruidos que le llegan del otro lado; aún no ha descubierto que no son voces de los antepasados, sino un torrente oculto en la pared caliza

 




Supe allí que dibujaba

el asa fugitiva de un cántaro sobre el agua quieta,

el tallo curvo de una planta tropical,

no se asomaba el cisne, era yo que introducía

mi dedo en la frescura mañanera del lago,

quería saber cómo se siente el creador,

el demiurgo que saca de si mismo las imágenes,

crecer con el dibujo, despertar una flor entre la hierba,

diseñar un insecto nuevo o estamparle

a la piel trasparente del arroyo una decoración inmaterial,

el alma de algo que ates no existía y la costumbre

irá haciendo familiar, 

como entrar en el aire de un museo

y reconocer figuras que aún no tienen nombre

ni siquiera un ligero parecido con la repetitiva realidad.



Zona B:

Viene ahora un Dante de pacotilla a decir que los palestinos que se acojan a su propuesta de destierro ya no podrán volver. Como crear un nuevo infierno y colgar sobre la puerta el cartel "abandonad toda esperanza". 

lunes, 10 de febrero de 2025

La primera vez no llegué a ver más que una sombra que cambiaba de forma bruscamente, según el ángulo por el que la luz entraba; lo tentacular me asusta, lo arácnido, lo multiplicado de raíz, lo que se impulsa a reacción sin ayuda de remos o motores, eso que está detrás y de repente te adelanta; y sobre todo esa mirada de ser de más allá, lo pulposo, el permanente camuflaje, esa pupila vertical que nunca duerme

 




Esa antigua atracción, 

imán oscuro por el agua infinita,

un océano gris donde internarse y ahogarse lentamente

acompañando al sol en su suicidio vespertino,

no nadar ni siquiera intentar seguir a flote,

como mucho evitar que la sal te haga llorar

y enturbie tu mirada,

que puedas ver con nitidez cómo termina

lo mismo que empezó, pasar de luz redonda a media luz,

de naranja completa a triste gajo de color atenuado,

y que todo suceda mansamente, sin dudas ni preguntas,

sin buscarle más explicación que la que ofrece

la vela al apagarse.



Zona B:

Palestinos: daos prisa en reconstruir vuestros hogares, dejad bien claro que la vida sigue ahí, que sois y seréis los vencedores de esta carrera contra la muerte. Ellos volverán a destruir, cualquier pretexto sirve al lobo para acabar con el cordero.

domingo, 9 de febrero de 2025

Niego en ti la facultad de escudriñar en la tiniebla y rescatar de su interior algún secreto; niego tu interés por conocer las causas, la curiosidad nunca ha hecho nido en el alero de tu casa; niego el poder para crear a tu índice tieso que apunta sin mirar y, lo que salga, como en la lotería o en las ferias

 




Casi ya no recuerdo

el sonido del agua al compararlo

con el glu glu de la botella de negro vino,

su paso por homéricos caribdis o angosturas

de cuello abocadas a oscuridad de cañería,

pero sus secretos, por los que nadie se interesa,

siguen estando ahí, puedes oírlos

con sólo aproximar la oreja a su latir,

o alzar la copa y exponerla al esplendor del contraluz,

la tierra roja se prolonga en el fular del vino

como una letra de canción y el agua ni se atreve

a proponerle un dúo, aún conociendo

lo cantarina que es el agua.



Zona B: 

He oído decir a un sabio que cada día somos más tontos, dicho así, con la eficaz palabra que no deja escapatoria. El mundo, los países, las personas, tú, yo, somos más tontos porque hemos puesto al mando a los que han demostrado un grado más en esa escala irremediable de la estupidez. Lo acabaremos pagando.

sábado, 8 de febrero de 2025

La belleza está en el porvenir, dijo mirando hacia el oeste, aunque no olvidó un guiño amistoso al cardinal opuesto; por este suele asomar un sol algodonoso, aunque algunos días se hacía adivinar entre la niebla, con mala cara y una gota brillando en la nariz

 




Hay un número impar rondando su cabeza, 

va en la parte alta de la página rodeado por guiones 

o paréntesis, dependiendo del área tipográfica escogida,

los impares imitan al insecto que usa veneno degradado 

para defenderse de la chulería de los pares, 

suelen comenzar pulsando la escala numeral,

luego imponen un orden transitorio que conduce

con insufrible paso de oca al habitáculo ordinal

donde no hay viento y las páginas pares,

-las del idioma traducido-, no suelen reflejar todo el esfuerzo

o el dolor atenuado que ha tenido que soportar el traductor.



Zona B:

Lo de Gaza os suena a payasada, pero la paz y el equilibrio están en manos de payasos (o que adoptan ese lúdico disfraz para convertir la guerra y sus efectos en un negocio lucrativo).


viernes, 7 de febrero de 2025

Todo el esfuerzo imaginable acaba ahí, frente al cristal de la ventana; en él se quedan retenidas las imágenes que no llegaron nunca a liberarse de la pegajosa ganga de los sueños, como acechantes pegatinas que hacen visible el ámbito del aire; el otro lado es el reino de los pájaros y a él se llega apenas sin esfuerzo pero una vez dentro se pierden los contornos de la llamada cuarta dimensión

 




Tú ahí, tumbado,

gozando la pereza del desnudo en la oscuridad,

hay un lenguaje de las manos, gota a gota

igual que un grifo de cocina, esa luz,

esa indiscreta luz, se asoma, quiere saber,

pero la tiniebla se lo impide, 

la piel se esconde, flota en el secreto,

no sabe si debería someterse a revisión,

dejar que el rayo en forma de chuchillo o bisturí

llegue e indague y diagnostique, aún más allá,

hasta la sangre, su pegajosa profecía,

o pulsar el triste interruptor y hacerse imagen,

simple carne de ocasión, portada de un vencido calendario

a punto de dejar caer -como el otoño-

la hoja amarillenta de este mes.



Zona B:

Y ¿no sería más fácil invitar a que regresen a sus países de origen a todos los judíos acogidos en ese territorio robado a Palestina  y que ahora se conoce como Israel? Es sólo otra ocurrencia.


jueves, 6 de febrero de 2025

Él sigue esforzándose, cada día memoriza algún nuevo detalle que luego ensaya en la quietud de su guarida, lo mismo que un actor cuando dedica largas horas a construir el alma de un nuevo personaje; se mira en el espejo y cuando nota que le alcanza el paroxismo de la perfección cierra los ojos, asustado al ver al otro lado la ferocidad de un enemigo tan real como la cara de la muerte

 




Durante mucho tiempo

ha guardado palabras como quien guarda provisiones

para un invierno largo, se ha negado a hablar

aunque ha dejado en libertad sus manos

para que llenen el espacio de aleteos,

el lenguaje gestual de la lechuza que no se deja oír,

en esa oscuridad de troje se adivina

la persistencia de un inquieto roedor que vive sólo de recuerdos,

como un anacoreta encuentra en el ayuno su vigor

y logra proyectar visiones desde su hambrienta oscuridad

para que nadie de los que viven atrapados

en la ruidosa obesidad del griterío 

se quede sin su dosis de silencio.



Zona B:

Así pretenden hacer grande el imperio, arrasando ciudades palestinas y desterrando a los supervivientes para construir sobre el escombro ciudades para esa raza superior, a la que los nazis llamaron aria y estos genocidas de hoy aún no sabemos cómo llamarán.

miércoles, 5 de febrero de 2025

Subirse al carro que vendía flores dispersando su olor de pueblo en pueblo; eso le hacía disfrutar bárbaramente de su condición de zángano, lejos del trajín de las obreras, empapado del polen amarillo que teñía el aire del atardecer, aunque estuviera expuesto a la voracidad de los abejarucos

 




El olor de ese papel,

su color amarillento y algo

de la barroca carbonilla con que adornaba el exterior,

todo arde ahí, en el último círculo de mi pequeño infierno,

Dante estuvo aquí, podrá leerse en un grafiti del futuro,

no habrá ceniza ni siquiera hollín, quedará todo

purificado por el fuego, con la advertencia 

que el dedo índice subrayará con parsimonia:

no lo vuelvas a hacer, podrías arruinar el reducido aplauso

con que la cortesía premia la discreción de los finales.



Zona B:

¿Alguna vez los emigrantes llegados a USA  desde la gélida Britania se han parado a pensar que desplazaron a la población original y la acabaron reduciendo a una vergonzosa exhibición de raza extinta? Mandar a Egipto o a Jordania a lo que queda del pueblo palestino es una aberración que sólo puede venir de mentes perturbadas.




martes, 4 de febrero de 2025

Archiva sus andanzas literarias sobre un territorio calcinado donde solía practicar la caza; una imposible traducción quiere pasar a limpio el escobar oscuro, pero suena mal lo de poner negro sobre blanco cualquier predilección, cuando ya todo es negro y no se aprecia en la distancia ningún signo de vida, salvo el volcán de arena que unas hormigas van haciendo crecer al abrigo de un brezo ennegrecido




En el cuaderno azul de rayas sigue sonando un manantial,

(hace tiempo que dejé de usar ese cuaderno, 

prefiero el campo libre del papel no sometido a grapas 

ni agrupado bajo el adhesivo de un lomo protector),

va por debajo de la hierba y no se deja ver,

a veces una lluvia blanca lo congela y lo hace practicable,

por él nos deslizamos desde la altura del recuerdo

igual que personajes de Brueghel, cogidos de la mano,

subyugados por los disfraces del invierno,

unos ciervos se paran a mirar, se nos acercan

y patean la huella que hemos dejado en la ladera

a ver si asoma alguna brizna comestible

y sacuden perplejos la cabeza cuando nos ven reír,

acaso piensen que la risa es nuestra manera de rumiar,

yo también les miro a ellos, 

pensando que su hambre es el tributo

que pagan al invierno por ser libres.



Zona B:

Mientras dura la incierta pausa de la guerra, USA nutre el arsenal israelí con bombas más potentes. Eso pone en claro las intenciones del imperio: para qué armas tan destructivas si ya no queda apenas dónde usarlas, salvo que se piense en ampliar el escenario de la guerra.




lunes, 3 de febrero de 2025

¿Cómo encontrar las huellas de esas criaturas que no tienen pies, que simplemente están y flotan sobre la tentación del barro sin llegar nunca a tocarlo, cómo saber que han pasado por aquí y dejaron acaso algún mensaje o miraron con intención hacia nosotros como queriendo recordar un tiempo en que compartíamos pradera pastoreando un rebaño común e indivisible?

 




Dile al rascacielos que se aparte

o proyecte su sobra hacia otro lado,

aquí rendimos culto al sol,

y no porque creamos que su brillo

es una consecuencia de su divinidad,

-también brillan los ojos de las alimañas en la noche-

le encendemos hogueras para recordarle

que toda su tarea se reduce 

a mantener la luz y dar calor

y de paso evitar que nos salgan sabañones.



Zona B:

Cuando regrese me acercaré a mirar la destrucción, buscaré mi barrio, trataré de encontrar las diagonales de mi calle y acaso identifique en el escombro algún resto de lo que fue mi casa y pueda honrar los huesos de los que quedaron atrapados bajo el pesado polvo del olvido.   (escrito en un resto de pared por un superviviente palestino)

                 


domingo, 2 de febrero de 2025

Se notaba su presencia entre la cascada de monedas de sombra y luz que las hojas de las hayas arrojaban sobre el menguado pasto; el norte ya desierto, el sur contaminado y a los lados la creciente amenaza del restaurado chorco y la frecuencia cada vez mayor de cacerías organizadas o furtivas; lobo rabioso se llegó a decir, su baba es esa espuma que se apelmaza en los remansos dejando muertos los arroyos y los setos sin pájaros apenas

 




Llegó después el ángel con su guadaña poderosa

ocupando un lugar tras el luciferario,

avanzaba con aire de derrota

a lomos de un caballo sacado de las miniaturas

de un apocalipsis de la confusión, a todas luces la guadaña

desentonaba con su ropa de escudero de un diosecillo secundario,

alguien le dijo: hiciste mal abandonando

la placidez de tu retablo para unirte a este insensato carnaval

donde nada es lo que parece y todo aspira a parecer lo que no es, 

así la muerte 

con guirnaldas de flores y colgantes de perlas

más propias de una vanitas barroca

que de un angelical renacimiento.



Zona B: 

Ya se ha cerrado la olla a presión que por un tiempo mantendrá cociéndose los odios generados por el exterminio y la rapiña llevados a cabo por el ejército israelí. ¿Cuánto tardará en explotar de nuevo la ira del pueblo sometido al comprobar que la justicia no ha puesto a cada uno en su lugar?

sábado, 1 de febrero de 2025

No era lo mismo, no, mirar las nubes o juzgarlas por su atrevimiento: cada día llegaban más allá, aumentando su descaro y su osadía; ¿qué era eso de imitar a un hombre por su apariencia corporal, no por sus obras o elevados pensamientos, sólo por la carcasa apresurada que duraba apenas diez segundos y te dejaba sin saber si la ofensa era real o se trataba simplemente de un juego de niños aburridos

 




Esta es mi pregunta:

quién es ese que aún sabiendo que no es bien recibido 

se presenta sin saludar e irrumpe a ciegas 

o mirando fijamente a los ojos

y escupe sobre el polvo casi sobre las sandalias de la gente 

y no se aparta cuando el cortejo fúnebre progresa

por las calles estrechas del lugar, -no es de los nuestros-,

pregunta ahora tú, investiga

de dónde viene, a dónde va, qué busca removiendo

el hacinado escombro de nuestras emociones,

acaso un animal domesticado

que encomienda su seguridad al alambre de púas,

o tal vez una vieja cicatriz donde escarbar

y hacer que de nuevo sangre y resucite entre nosotros

el escozor de la distancia y nos recuerde

a qué olía el sudor de la olvidada libertad.



Zona B:

¿En qué entretendrá el genocida su instinto sanguinario ahora que la muerte ha cambiado de herramienta? La apariencia es de calma aunque el gusano de la destrucción avanza por debajo, destruyendo paso a paso los apoyos a la identidad del pueblo palestino.