miércoles, 26 de febrero de 2025

Ante cualquier beligerancia suelo ocultarme tras las cortinas del balcón; desde ahí miro al adversario como si fuera parte del bordado con el que intento protegerme; los dos somos producto de aguja de ganchillo, dos ridículas moñas que intentan parecer guerreros embutidos en armaduras de hojalata

 




Mi madre dijo: yo me voy,

cuando te canses llámame y vendré a buscarte,

-algo nebuloso se adivinaba tras la puerta-,

no te olvides de regar las plantas

y cuando te vayas a dormir abre bien la ventana,

oirás al ruiseñor y aprenderás a traducir estas palabras

que ahora no parecen tener mucho sentido, 

cada mañana vendré a desayunar, leche de cabra

y arándanos azules, la forma circular de repetir la luna,

pon atención a este lenguaje, a sus matices vegetales,

todo se siembra, todo se adormece y crece en interior,

luego florece y se concluye con el solsticio de las eras, 

el grano ya aventado y recogida la herramienta,

tú y yo cogidos de la mano, comenzando

el proyectado perihelio.



Zona B:

Un duro Jeremías lo anunció. De profecía derivó en leyenda. Ahora se hace realidad: edad de sombras, guerras y hambre y una nube de dolor, el plomo de los poderosos que ha de convertirse en barro como los pies de los gigantes.


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