Mi madre dijo: yo me voy,
cuando te canses llámame y vendré a buscarte,
-algo nebuloso se adivinaba tras la puerta-,
no te olvides de regar las plantas
y cuando te vayas a dormir abre bien la ventana,
oirás al ruiseñor y aprenderás a traducir estas palabras
que ahora no parecen tener mucho sentido,
cada mañana vendré a desayunar, leche de cabra
y arándanos azules, la forma circular de repetir la luna,
pon atención a este lenguaje, a sus matices vegetales,
todo se siembra, todo se adormece y crece en interior,
luego florece y se concluye con el solsticio de las eras,
el grano ya aventado y recogida la herramienta,
tú y yo cogidos de la mano, comenzando
el proyectado perihelio.
Zona B:
Un duro Jeremías lo anunció. De profecía derivó en leyenda. Ahora se hace realidad: edad de sombras, guerras y hambre y una nube de dolor, el plomo de los poderosos que ha de convertirse en barro como los pies de los gigantes.
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