jueves, 27 de febrero de 2025

Se sienta arriba, en el fino espinazo de la peña, a cada lado una vertiente, el río blanco al norte, el verde al sur, las nubes y la niebla compartidas, esta tan baja a veces que imita la crecida de un mar de algodón; y de este emerge la mole azul del Espigüete como si fuera el faro inverso que avisa a navegantes de interior

 





Él mira la luz que ahora se cuela

entre las lamas y dibuja sobre el terrazo gris 

una escalera de barrotes, parece

una sutil invitación, que suba, que se cuelgue 

del armazón de la pared donde solía colocar la bici, 

ahora la bici ya no está, queda su hueco, 

piensa que algo habrá que hacer para mantenerse en forma,

colgarse de los ganchos y levantar a pulso su cansancio,

sospecha que su piel está cansada, como dada de sí,

le sobra sobre todo en la caída de los bíceps,

una oscura nostalgia de la piel o las arrugas consentidas

por su costumbre perezosa de no subir, ahora padece

la sensación de estar siempre bajando, sin pedalear,

sin esforzarse, hasta ha pensado en regalar la bici,

total para qué sirve, si ahora tiende

a estar siempre parado, pensativo y con ganas de sentarse.



Zona B:

"Con Whitman, llega el abrazo inclusivo de la poesía estadounidense-- su afirmación optimista de la democracia entre todas las personas, las cosas y los seres, su lealtad a los desvalidos y su amor tanto por las ciudades como por los paisajes rurales, su compromiso con la apertura de fronteras y el vigor híbrido".  (Jane Hirshfield).  Parece escrito como réplica a las políticas del nuevo emperador. La ironías del destino.


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