Volver ahora a ese dolor
como la soga que sigue castigando
la rozadura de la piel,
no hay nada entre este olor y la memoria
de lo que ha quedado atrás, es hora
de ventilar colchones, poner al sol las sábanas
decoradas con óvalos de orín y someterse
al destierro inferior de los que se mean en la cama,
sin armas para luchar contra el fantasma de la urgencia
que nunca alcanza el alto picaporte para llegar a tiempo,
luego la campana sonará llamando a fila,
se pasará revista y no habrá forma de disimular tu olor mojado
frente al pastoso almizcle de los hoplitas de interior.
Zona B:
Este blog, que alza su voz exigiendo justicia para los oprimidos (sean palestinos o judíos de buena voluntad) recibe más ¿visitas? procedentes de Israel que del resto del mundo, incluida España. Lo cual demuestra no un interés por la poesía sino que la libertad de los discrepantes con su política genocida también está en peligro.
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