viernes, 7 de febrero de 2025

Todo el esfuerzo imaginable acaba ahí, frente al cristal de la ventana; en él se quedan retenidas las imágenes que no llegaron nunca a liberarse de la pegajosa ganga de los sueños, como acechantes pegatinas que hacen visible el ámbito del aire; el otro lado es el reino de los pájaros y a él se llega apenas sin esfuerzo pero una vez dentro se pierden los contornos de la llamada cuarta dimensión

 




Tú ahí, tumbado,

gozando la pereza del desnudo en la oscuridad,

hay un lenguaje de las manos, gota a gota

igual que un grifo de cocina, esa luz,

esa indiscreta luz, se asoma, quiere saber,

pero la tiniebla se lo impide, 

la piel se esconde, flota en el secreto,

no sabe si debería someterse a revisión,

dejar que el rayo en forma de chuchillo o bisturí

llegue e indague y diagnostique, aún más allá,

hasta la sangre, su pegajosa profecía,

o pulsar el triste interruptor y hacerse imagen,

simple carne de ocasión, portada de un vencido calendario

a punto de dejar caer -como el otoño-

la hoja amarillenta de este mes.



Zona B:

Y ¿no sería más fácil invitar a que regresen a sus países de origen a todos los judíos acogidos en ese territorio robado a Palestina  y que ahora se conoce como Israel? Es sólo otra ocurrencia.


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