Esta es mi pregunta:
quién es ese que aún sabiendo que no es bien recibido
se presenta sin saludar e irrumpe a ciegas
o mirando fijamente a los ojos
y escupe sobre el polvo casi sobre las sandalias de la gente
y no se aparta cuando el cortejo fúnebre progresa
por las calles estrechas del lugar, -no es de los nuestros-,
pregunta ahora tú, investiga
de dónde viene, a dónde va, qué busca removiendo
el hacinado escombro de nuestras emociones,
acaso un animal domesticado
que encomienda su seguridad al alambre de púas,
o tal vez una vieja cicatriz donde escarbar
y hacer que de nuevo sangre y resucite entre nosotros
el escozor de la distancia y nos recuerde
a qué olía el sudor de la olvidada libertad.
Zona B:
¿En qué entretendrá el genocida su instinto sanguinario ahora que la muerte ha cambiado de herramienta? La apariencia es de calma aunque el gusano de la destrucción avanza por debajo, destruyendo paso a paso los apoyos a la identidad del pueblo palestino.
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