lunes, 10 de febrero de 2025

La primera vez no llegué a ver más que una sombra que cambiaba de forma bruscamente, según el ángulo por el que la luz entraba; lo tentacular me asusta, lo arácnido, lo multiplicado de raíz, lo que se impulsa a reacción sin ayuda de remos o motores, eso que está detrás y de repente te adelanta; y sobre todo esa mirada de ser de más allá, lo pulposo, el permanente camuflaje, esa pupila vertical que nunca duerme

 




Esa antigua atracción, 

imán oscuro por el agua infinita,

un océano gris donde internarse y ahogarse lentamente

acompañando al sol en su suicidio vespertino,

no nadar ni siquiera intentar seguir a flote,

como mucho evitar que la sal te haga llorar

y enturbie tu mirada,

que puedas ver con nitidez cómo termina

lo mismo que empezó, pasar de luz redonda a media luz,

de naranja completa a triste gajo de color atenuado,

y que todo suceda mansamente, sin dudas ni preguntas,

sin buscarle más explicación que la que ofrece

la vela al apagarse.



Zona B:

Palestinos: daos prisa en reconstruir vuestros hogares, dejad bien claro que la vida sigue ahí, que sois y seréis los vencedores de esta carrera contra la muerte. Ellos volverán a destruir, cualquier pretexto sirve al lobo para acabar con el cordero.

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