Dile al rascacielos que se aparte
o proyecte su sobra hacia otro lado,
aquí rendimos culto al sol,
y no porque creamos que su brillo
es una consecuencia de su divinidad,
-también brillan los ojos de las alimañas en la noche-
le encendemos hogueras para recordarle
que toda su tarea se reduce
a mantener la luz y dar calor
y de paso evitar que nos salgan sabañones.
Zona B:
Cuando regrese me acercaré a mirar la destrucción, buscaré mi barrio, trataré de encontrar las diagonales de mi calle y acaso identifique en el escombro algún resto de lo que fue mi casa y pueda honrar los huesos de los que quedaron atrapados bajo el pesado polvo del olvido. (escrito en un resto de pared por un superviviente palestino)
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