martes, 11 de febrero de 2025

Ha querido sentir la sensación antigua del miedo religioso a la oscuridad; lleva una piedra cóncava en las manos sobre la que arde un pábilo impregnado de grasa; huele igual que el vaho del desolladero, cuando el animal trasfiere su alma al clan hambriento; deja que el aire apague la llamita y se queda quieto en el claustro de la cueva para escuchar los ruidos que le llegan del otro lado; aún no ha descubierto que no son voces de los antepasados, sino un torrente oculto en la pared caliza

 




Supe allí que dibujaba

el asa fugitiva de un cántaro sobre el agua quieta,

el tallo curvo de una planta tropical,

no se asomaba el cisne, era yo que introducía

mi dedo en la frescura mañanera del lago,

quería saber cómo se siente el creador,

el demiurgo que saca de si mismo las imágenes,

crecer con el dibujo, despertar una flor entre la hierba,

diseñar un insecto nuevo o estamparle

a la piel trasparente del arroyo una decoración inmaterial,

el alma de algo que ates no existía y la costumbre

irá haciendo familiar, 

como entrar en el aire de un museo

y reconocer figuras que aún no tienen nombre

ni siquiera un ligero parecido con la repetitiva realidad.



Zona B:

Viene ahora un Dante de pacotilla a decir que los palestinos que se acojan a su propuesta de destierro ya no podrán volver. Como crear un nuevo infierno y colgar sobre la puerta el cartel "abandonad toda esperanza". 

No hay comentarios:

Publicar un comentario