Lo más de ti, eso que brilla
con regusto de perla colgando de tu oreja,
breve como un puñal de luz gaseosa o vegetal,
miro e incluso sin mirar llega hasta mi como un aroma,
me alerta de que algo doloroso o que podría
servir para causar dolor se acerca, o sin acercarse
sigue estando a una distancia irrespetuosa,
o incluso sin faltarnos al respeto, sin asomarse
por encima del muro del silencio, se opone
con cara de ignorancia o afectada discreción,
o puestos ya, lanzarnos esa mirada retadora, ponerlo todo
sobre una cancha juvenil sabiendo que la nuestra no es edad
para un esfuerzo prolongado, a cinco sets quizás,
con el partido abierto a la crueldad y la injusticia
poniéndose a favor de cualquier lado,
luego el saludo de rigor y, tras la ducha,
la perla volverá a brillar entre vapores
y quedará como noticia, en arrogantes titulares:
otra victoria inapelable de la mediocridad.
Zona B:
En Gaza llamas al lugar donde antes hubo puerta y ni siquiera se oyen llantos, sólo el silencio de lo que la barbarie ha destruido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario