martes, 2 de agosto de 2022

Un trozo de cerámica

 


Para ser hoy así, 

tan firme en tu calidad de trozo, 

antes tuviste que aceptar el reto de la destrucción, 

entrar en la parálisis de una vida de objeto 

que renuncia a su lugar en la cocina,

también has renunciado

al alto nicho donde las cerámicas

nobles se revisten tibiamente

de un halo de divinidad, tuviste

que afrontar el ciego pánico

del choque con el suelo, como el astro que cae 

y se transforma en fracturado firmamento

de brillos aplazados,

compartir la miseria 

de las migas de pan y hacerte

un hueco en el silencio subterráneo

para que los siglos ciegos del futuro

puedan leer el braille de la antigüedad.

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