Como un mal siglo
se ha ido secando junto a la pared
colgando de cadenas, sólo huesos
y la ironía de los dientes
que siguen insinuando una sonrisa,
se ha ido evaporando,
ni siquiera el mal olor nos habla
de abominables cosas, luces
de tea inquisidora, hoces
de muerte cereal y espigas
decapitadas y molidas
como harina maldita,
se oyen voces, harapos de conversación
en castellano antiguo,
nos seguirán a todas partes
los cargos de herejía,
dioses hay, aunque prefiero
crepitar entre llamas.
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