Intentaba resumir en el escorzo de sus ojos
la maniobra del barco, una estela gris
sobre el irisado del gasóleo,
la voz de las gaviotas, los atisbos de sal
de unas olillas inocentes
golpeando los costados,
mira
hacia tu derecha, no a la luz,
eso te hace bizquear y borraría
la estela gris y las gaviotas y las olillas inocentes,
concentra en los olores tu atención, la brea
recalentada, las especias
fermentando de sueño en la bodega,
mejor dejarlo así, no puedes
usar más que los ojos, ni siquiera
el incendio multiplicador en la mirada
que hace que todo tiemble cuando alcanza
el umbral del no retorno y suena
el bramido ventral de la sirena.
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