Lo negro se alza en promoción
y se afirma en la ventana sin reclamar paisaje,
vela por la intimidad de la habitación en pausa
o por las almas trémulas de todos los objetos
encerrados dentro,
qué fuerza
sobre la cal del muro
tiene el rectángulo afirmativo que se asoma
con arrogancia al mundo, nada,
nada más que una ofrenda
para los ojos, pura creación inerte
cantando las alabanzas de sí misma.
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