(Evanäscente)
Hoy en clase
no me obligó el dictado,
tu pereza me dio mañana libre
y pude divertirme con palabras
de nueva creación,
no sabes
lo consolador que puede ser
encontrar en la tierra el balbuceo
de la lombriz, alfarera de letras,
su movimiento
de pausada torpeza inaugurando
un alfabeto de materia y barro,
la mirada
interpreta los signos y pronuncia
con reverencia un nombre:
épsilon de rabia viva,
o la ortografía secundaria
de eta revestida de femenina esencia.
Pudo haber sido así, pero no quise
cultivar esa tierra donde todo
puede llegar a florecer
con la gracia mojada del bautismo.
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