viernes, 6 de mayo de 2022

La vereda del oso

 


Fuimos a bañarnos

a la tabla de Valdemallada,

en el agua quieta 

se reflejaba el terciopelo de las espadañas, 

no había truchas ya y cangrejos

sólo quedaban los pequeños,

en el farallón sedimentario

revoloteaban las grajillas

y nos pareció un hallazgo

cuando el maestro señaló

con su aguijada de avellano

una cagada de oso

entre las arandaneras altas,

la emoción aún podía subir 

como la fiebre en la escalera del termómetro.


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