martes, 3 de mayo de 2022

Los menestrales del carbón

 


Nada se sabía de ellos,

o al menos yo nada sabía

de aquel piquete disfrazado

de indecisión guiada que atendía al reclamo

de una oscuridad labrada a golpe de azadón,

era la noche la que prolongaba

la estiba inversa de las galerías

a las que se vaciaban las entrañas

de material inerte para que en ellas

cuajara el queso negro de la angustia,

sus caras se alumbraban con una lámpara de gas

fijada al cráneo con arnés,

por eso aquellas marcas de palidez

cuando al regresar a sus hogares

se despojaban del dolor y lo dejaban

en el fondo de una palangana.

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