miércoles, 4 de mayo de 2022

Predicador de entonces

 


Que no regrese aquella voz

que sobrevolaba siempre a la feligresía

desde un púlpito feroz

con llamas dibujadas en el faldón

igual que un sanbenito

que trata de esconder su escatología

en la inocencia del color mostaza,

permanece la maldición 

hurgando con el bíblico varal

en las brasas de la miseria cotidiana,

aún lo veo 

con la terrible precisión de las estampas de Durero,

muerto de amor, ungido de gusanos,

con los huesos mondos de los muertos antiguos

y un oxidado crucifijo entre las uñas

que no han dejado de crecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario