jueves, 23 de marzo de 2023

Aquí sobra la mística, porque la mística es sólo espuma, lo que flota sobre el hervor del gran cocido y que retiramos cado poco para que la sopa sea ligera y digerible

 



Una escena natural:

sentarse en alto a mirar cómo la mañana escala cimas, 

se deshace de sombras y corona como tú los cerros altos

en busca de una vaga recompensa, acaso un gesto cómplice del sol, 

-por cierto nada generoso-

barriendo con su luz el territorio y dejando el papel de la mañana

reducido a unas horas de penumbra y bostezo hasta que llega él

y derrama el oro falso que conocemos como mediodía,


o algo no tan natural:

que el sol nos vea como formando parte de él,

y que nuestro lugar sea visible por lo que nosotros aportamos

más que por lo que él aporta,

los días son así, deudores de una usura tan mezquina

que ni a sí misma se ayuda, pero llegará la noche

y todo volverá a no ser o a ser la nada

que hierve y crece, lo mismo que la espuma.


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