martes, 14 de marzo de 2023

Mirar sus gafas antiquísimas, con los bifocales misticofísicos, sacar luego el pañuelo y agitarlo como para el saludo y convocar la trasparencia para saber por dónde se camina

 



Siempre que salgo a caminar

por el borde de esta carretera secundaria

pienso en la humildad perlada de amarillo de las margaritas,

el asfalto rugoso, la arenilla acumulada en los arcenes

y las grietas colonizadas por la camomila franciscana

que lucha por sobrevivir, negando su condición de especie sometida,

ella me hace caminar hilando pensamientos lúdicos,

como en ese poema que W. C. W. dedicó a la rosa,

a la rosa no, a su imagen, y al resultado de encender el cabo

aceitado del entendimiento para que la luz entrara

sin violencia y sin afectación en ese triángulo formado

por orquídeas, amor y primavera,

logrando reavivar al mismo sol.


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