lunes, 13 de marzo de 2023

Suena en mi interior esa condena músical y los dedos comienzan a teclear sobre la mesa como si quisieran poner freno al silencio pensado y reducir a nada la amenaza de una repetición incontrolable

 


No dejo de pensar en el misterio

de ese poema del irlandés, al que todos recuerdan

por su simpática nariz y la complicidad en la mirada

que exhibió ante la Academia,

en él resalta (después de un titular entre paréntesis

mil novecientos... incompleto),

la hilera de botones en el atuendo de su padre, 

luce un metal innecesario, con dos o tres 

sería suficiente para adecuar la indumentaria

a su función, pero él nos habla de una hilera, 

hormigas de marfil, aunque lo más probable es que fueran de latón, 

o de cuerno de cabra, hasta pudiera ser madera,

él sabe hacer amable la pobreza

usando los recuerdos como agujas

alojadas en el acerico de un corazón de pana,

luego

cuando se sientan todos a la mesa

y la bendición cae sobre ellos como un gaélico maná

parece que se enciende la bombilla

y el primitivismo se hace tan actual que no hace falta

mirar el calendario para saber a qué año se refiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario