lunes, 31 de marzo de 2025

Alguna vez un pensamiento abstracto se posó en un lugar vacío, lo vio como un posible secadero para las piezas de caza desolladas y construyó una choza aprovechando el abrigo natural de la pared rocosa; a partir de ahí se alzó la casa, la primitiva cerca para domesticar los animales y ofrecerles un lugar donde acogerse; ahora el pueblo sigue allí, al borde del acantilado, conteniendo el empuje suicida del vendaval que le hace tan amables los abismos

 




Aquí se queda todo,

he girado la vista a un lado y al otro,

he sopesado cantidad e intensidad,

palpado piedra, acariciado muro de mortero,

la terca resistencia del adobe

que sigue manteniendo en pie el tapial,

las techumbres agrícolas de paja

y el fiero olor a humo de unos años

con frío y sabañones, todo antiguo

y a la vez cercano, como un fósil

atrapado en el ámbar trasparente,

ahí se queda todo prolongando

una presencia innecesaria,

para qué guardar, si ya no va a servir para otra cosa

que para el verdín de la nostalgia.



Zona B:

Netanyahu (H!)  ha convertido a los niños en su objetivo principal. Sabe que atacando al futuro está acabando con la esperanza del pueblo palestino. Y Occidente asiste indiferente -y cómplice- a este calculado genocidio.


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