Tuvo que ser así
tras el fracaso de la arriesgada travesía,
ella se ahogó en el mar
y cuando la luna dio dos vueltas a su hula hop
vino su cuerpo a descansar del envite otoñal de las mareas,
su pelo se extendía sobre el agua como un sargazo azul
nevado de partículas de arena y mica,
un mensajero con escamas leyó un poema
sobre la abortada expedición, pedía fuego
para su fe mojada, que cerraran sus ojos
para que nadie se asomara a su secreta angustia,
ella era una experta manejando el astrolabio,
-sus manos aún tenían el verdín del broce-
y nunca hubiera renunciado a continuar el viaje
dibujando crustáceos de cerámica en los mapas
si no fuera por los arrecifes
que rodearon su barca de espinas y cansancio
hasta obligarla a usar un alma submarina.
Zona B:
Para librarse del ridículo del plan "Gaza turística", sus muñidores señalan ahora hacia otro lado, a otra víctima pobre, el pueblo de Ucrania, y lo convierten en carnaza para que el mundo mirón siga embobado los garabatos que dibuja el índice del emperador, señalando el fantasma de una tercera -y esta vez definitiva- guerra mundial.
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