viernes, 21 de marzo de 2025

"Siéntate ahí, no en la hierba mojada sino en la piedra seca, a la que el saliente ha resguardado de la lluvia; moja tus dedos con las hojas del trémulo abedul e inicia el rito de plegaria: que todo tu ser se transfigure y vuelva a ser el alma líquida que un día fue antes de que tus padres te engendraran" (esto pude leer en el ajado envés del pergamino)

 




Oíd, aun permanece

el ruido de disparos, mil agujeros en el aire

restallando a la vez, un alborotado crepitar

como de sarmiento ardiendo, la bala desahuciada

va buscando casa y ha de padecer un breve exilio 

antes de chocar e incrustarse en el muro,

anidará imitando a las abejas cavadoras

pero su trabajo nunca será la miel, si acaso un cauce rojo

para que por él mane la sangre de alguien que pasaba por allí,

una bala es sólo eso: un forro de latón

y un intestino de metal perezoso, materiales ambos

de estricto rendimiento elegidos para matar

o citar a la muerte desde lejos,

y tú escondido tras un precario burladero, esperando 

que otra bala pueda torcer su trayectoria.



Zona B:

Si este gobierno genocida consiguiera acabar con Hamás pero aún quedaran palestinos, buscaría otro objetivo fuera, Hezbolá o fedayines aún sin nombre, qué más da, cualquier disculpa para completar el exterminio.

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