Que vuelva yo a sentir ese aire inquieto
de ceniza y nébula de abril, aun siendo marzo,
el aire alcanforado de un recuerdo
que no habla casi nunca y cuando lo hace
se sirve del lenguaje de los muertos
tras liberarse del lastre de certezas
y tender su mirada sin contrario
sobre un mar de dudas, esas voces
tan habituadas a mirar, que se encontraron
con sinestesias no impartidas
en facultad o en biblioteca, por ilustres que fueran,
voces de amén, de dedos juntos o cruzados
para conjurar cualquier peligro,
o en círculo, indicando la profundidad de un amor sobrio
que ningún pozo podría contener, aunque lloviera.
Zona B:
Que los israelíes desconfíen de quien usa la guerra en beneficio propio y torpedea la estructura judicial para librarse de los cargos pendientes. La vida de los rehenes no le importa y sin Hamás no tendría coartada para mantener el exterminio.
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