domingo, 23 de marzo de 2025

En medio del invierno me invitó a ocupar un lugar a su lado bajo la gélida cascada; un baño de hielo para entrar en ese mundo trasparente que imita a los museos pero renunciando a la longevidad, ya que su vida circular comienza y acaba en el verano

 




Ahora me entretengo con la idea de quietud,

aspiro al absoluto don de no hacer nada,

lo mismo que los árboles que sufren

sin manifestar ningún dolor la embestida del aire

y gozan con igual indiferencia

de la melodía insulsa de los pájaros,

no quiero verme sometido a disciplina forestal,

ser árbol, sí, pero en la cumbre de una colina despoblada,

no ser un frutal al que se pueda exigir una cosecha,

mejor árbol de sombra y ser usado de sestil por el ganado,

algún caballo viejo de los que sólo cabecean 

para espantar las moscas, no hablar y a ser posible

escuchar sólo el viento que no espera respuesta 

a sus ataques de furor.



Zona B:

El genocida sigue ahí, la guerra es su refugio contra el cerco imparcial de la justicia. Y eso le hace cada vez más peligroso, pues nada tiene que perder aunque arda todo.

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