martes, 2 de mayo de 2023

Evitar el bostezo, siempre que al cerebro llegue oxígeno suficiente, y dejar que la vista crea en lo que inventa, por irreal que pueda parecer, y, por supuesto, nunca terminar el discurso con adivinanza o con interrogación

 




Ay, el viejo olor

en el frontispicio del verano,

ir a hierba, decíamos, resignados a la lentitud y a la distancia, 

éramos los mismos de la luz

ahora refugiados en el humo para ahuyentar mosquitos

junto a las hogueras del crepúsculo,

jugando a ver a sol caído y con el aire ya sereno,

una adivinanza, un verbo congelado en su acción por las roderas 

de un camino de carros, arriba el Can Mayor y Betelgeuse

como escozor de vacaciones condenado a nunca florecer 

y la memoria de la casa

en forma de cazuela con un vidriado guiño de cerámica.

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