Cuando supe de la muerte de Simic
una parte de mí se quedó sin habla
pero la otra continuó cantando
Abro tu último libro,
en él solo destaca una a minuciosa
como una margarita que se libró del cortacésped,
la a es letra huérfana, dijiste alguna vez,
y suele pedir pan o acaso se limite a jugar con el hambre,
insisto en la lectura y ella regresa: a, a, a,
y el eco dice pan, pan, pan,
señal de que algo hemos progresado.
Es verdad, el mundo no se acaba
ni el corazón tiene fronteras.
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