domingo, 7 de mayo de 2023

Ni el apocalipsis del incendio pudo con la fuente, a pesar de quemar su alma de abedules y ahuyentar por largo tiempo la pérgola que buscaban corzos y torcaces para sentirse empadronados en el reino

 




Pudo con la bruma del ritual

reduciendo éxtasis, angustia, enfermedad

y una larga lista de presagios

que no auguraban nada bueno,

luego subió a la loma, la gran dificultad

era meterse dentro todo el jarabe de la brisa 

y aplacar los jadeos,

más tarde, recobrado el aliento, buscaría

leña para el fuego, lavaría sus manos con carbón

y escribiría sobre el brocal su testamento

para que todo el que bebiera de aquel agua

pudiera respirar la taumaturgia de la autocuración

y seguir siendo un enfermo.

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