Hace un descanso y se soma a la ventana
para mirar a los gorriones,
el día es diáfano y las nubes son un puro adorno,
un niño pasa y le apunta con su rifle de juguete, pum,
y continúa su abstracta montería por la vecindad,
qué eficaz el sistema, piensa, ya desde el parvulario
las herramientas de Caín son incorporadas como enmiendas
a la ley transitiva del oeste, donde el olor a pólvora
era respirado como habitual oxígeno,
se ha preparado un poco de café
para aliviar el mal sabor de boca que le deja la escena
y al volver al trabajo se da cuenta
de unas manchas rojas en su camisa de franela.
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