Unas bielas, un movimiento que no avanza
o que avanza y retrocede pero trasmite su alegría
a la rueda y esta emprende
una carrera fatigosa al empezar la cuesta
y superar piafando ese repecho
de dificultoso respirar,
arriba alguien contempla el valle
haciendo sombra con la mano,
qué dice el vapor, pregunta,
y el vapor resopla y se fatiga, cuenta las historias
como la tos de un fumador, desde muy dentro,
y escribe con el humo
en la trasparencia de noviembre, pero lo escrito
apenas permanece unos segundos
y cuando quieres darte cuenta
ya ha pasado el tren, la cuesta está vacía
y sólo queda el resplandor de los raíles
y el olor ferroviario
a humo de carbón y vapor de agua.
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