viernes, 31 de diciembre de 2021

Casi un año de fuego

 



El humo vuelve sobe sus pasos,

no queda apenas leña que quemar

y, aunque resiste el calendario con sus días de fuego,

el frío se ha colado en nuestras casas

como un recitativo gregoriano:

no nos retires tu mirada, señor, que el aire

vive ya como una fierra en los túneles del metro,

el apocalipsis se ilumina

con bermellones de cinabrio y azules fraangélico,

la sangre del dragón se ha desbordado

y la sansilvestre se celebra

sobre tablas de surf,

                                      (se ha retirado el dorsal 666 

como homenaje al único invitado 

que se niega a confirmarnos su asistencia).


(La crónica, trasmitida a distancia y con sordina,

echaba muy respetuosamente las culpas al siroco

auxiliado por ábregos y alisios: 

no se puede beber de un solo sorbo

toda el agua del mar, decía, la sal aumenta la flotabilidad

y el mundo está muy soso, a punto de naufragio,

una rebelde arritmia

hace bailar las miguitas de pan sobre la hoja del periódico,

al pasar la página, un sorprendente titular:

regresa el viento después de meses inactivo

por conflictos de denominación de origen protegido,

ya se sabe, le das nombre y tiene que volver a conocerse.

La página final testimoniaba con gran despliegue fotográfico

las rogativas medievales que las comunidades rescataban

para atraer la lluvia sobre el mar).



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