En la cocina usa la cursiva dulce,
no recurre al azúcar como adorno y eso hace que nosotros
nos esforcemos por hablar también en ese idioma
de bastardilla y sabor rojo,
provoca a alguien para que pregunte
con ingenuidad: ¿qué aspecto tiene la distancia?.
Se extiende desde un adentro ilimitado
hasta el borde de lo que puede amarse.
Depende de la luz.
En esta ocasión él preguntó a su madre ¿quieres fuego?
aprovechando que ella
sostenía un cigarrillo entre los dedos,
pero en otra circunstancia
la pregunta podría ser distinta
e igualmente iluminadora sin necesidad de las cerillas,
teniendo en cuenta que estar juntos
no elimina la distancia o admite la separación
como un principio de conocimiento.
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