Se viste igual de tela que de viento,
este llega de lo alto, aquella del pudor
que igual que la cascada
siempre viene de arriba y trae la niebla,
pero el desnudo, qué, es antes
de que la tela llegue o cuando el viento
la agita y nos descubre la epidermis?
miramos el ritual, su lentitud
que hace incrementar el parpadeo,
pero la urgencia de la física nos deja
a mitad de camino con la divinidad huyendo
del tacto impropio, como hace el polluelo
cuando abandona el cascarón.
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