miércoles, 19 de abril de 2023

Allí reinaba la madera de superficie fría y atemperado corazón, con su olor a entraña ventilada entre frutales, su familiaridad de prenda cotidiana o de refugio contra la duración de los inviernos y su acompañamiento a todas partes, ya fuera como herramienta o como definitiva caja en los entierros

 



Ahora, aquí,

sin aniversario que lo ampare

llega un olor a hierba coronando la sombra de mis padres, 

ellos

se esforzaban por huir casi felices hacia lo blanco, 

el reino de la ignorancia campesina que todo lo conoce 

                                                                    y da por bueno

aunque se mezcle con desilusión,

ellos 

de escondido corazón, de frente siempre pensativa 

y manos de apresurada y cálida herramienta

se asomaban a mí, me sonreían con palabras sencillas 

como árbol, desván o devoción y conseguían

que todo transcurriese en armonía con la inquietud 

                                                                 de cada edad,

mis manos

intentando encontrar entre las suyas la definición, 

la ortografía escolar de todos los misterios.

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