viernes, 28 de abril de 2023

Entre las tareas de aquel día estaba la de hallar color para diferenciar los tiempos, hacer que oliera a algo la sucesión de instantes, nadie lograba ponerle pétalos al signo más ni reducir a cero la inquietud por la continua fuga del caudal de sensaciones que no llegaban a aclararse

 



Hay una luz

que dulcemente se arrastra entre el tomillo,

seguramente no olerá, ni servirá para medir distancias,

cumple bien con su misión que es darle 

sentido y trasparencia al tiempo,

ayudarle a que no pese más que el alma soplada

                                                        de las mitologías,

un enunciado dice:

todo se mide con miradas, todo cabe

en la cueva caliente del paréntesis,

y una lengua de aire corrobora en decimales apretados

el olor, la distancia y el sonido

de eso que ni siquiera es voz, pero mantiene

presencia numeral en los sentidos.



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