domingo, 23 de abril de 2023

Entre las hojas rayadas de un cuaderno escolar encontré garabateada una fórmula sencilla de felicidad, nunca me atreví a ponerla en práctica y acabé olvidándola, decía algo así como que la letra cultivada sobre papel rugoso, de gran cuerpo, es más fácil que llegue a prosperar

 




Desanda ese camino

cada vez que abre un libro de él,

ni siquiera es necesario que lo lea, 

sólo ha de mantenerlo entre las manos

y aspirar su olor a pétalo,

muy lejos queda la primavera fría

con los pájaros recomponiendo nidos,

el aire retenido en el furor doméstico del escaramujo

le recuerda la eterna lucha entre el dolor y la felicidad,

sabe que los mejores versos son aquellos que en silencio

te hacen palpar, te obligan a arriesgar la mano

                                                 en el tropel de las espinas,

hasta que de pronto, sin darte cuenta

un color rojizo se desliza como una oruga por la piel

y tu alma escuchadora se consuela

con el rumor que hace la gota cuando cae

a manera de lacre sobre el papel rugoso.

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