Piensa en ese remedio,
la memoria quedará flotando
como el jabón en pompas en el espejo de la alberca,
trazas
de una suciedad remota que impregnaba
a manera de pátina el oficio fatigoso
de domesticar la piedra,
recuerda el básico cincel, el hambre
que mordisqueaba la arenisca, y el guiño torpe
que empezaba a asomarse a los ojos hipnóticos del santo,
cualquier enfermedad se expande
auxiliada por sus espinas, y usará los zarcillos
para un alzado vertical en la fachada de la iglesia,
como una traducción al cómic y en bajorrelieve
de un catecismo que reparte
sopita boba y vino peleón.
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