Vieron luces
y creyeron que ya habían llegado,
persistía el olor, -una avanzada de jazmines-,
pero la luz era más tenue,
como si las lámparas hubieran agotado ya su aceite
y quemaran esfuerzo a contraluz,
alguien dijo: ladran perros
y el olor a humo sigue vivo, pero ya no recuerdo
si es el de la casa familiar o es el olor de las cenizas
que cubrieron las ruinas de nuestra identidad.
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