Hay un regreso entre penumbras,
en la entrada el perchero esperando,
se te queda desnudo el paladar con las palabras
sazonadas de sal antigua, no hay harapos que colgar,
hay ropa nueva para tu anciana desnudez
y sin embargo huele a dolor fermentado,
no hay regreso, hay continuidad de un tiempo
que se quedó dormido y no se reconoce al despertar,
tu nombre te abandona cuando dejas el sombrero
sobre la pena invertida del paraguas,
dices hola con timidez antes de que ladre el perro,
Ulises siempre huele mal aunque regrese
de muchos años de jugar con agua.
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